Centenario de la Revista de Occidente

Javier Martín-Domínguez / Club Internacional de Prensa - ¿Qué puedo hacer para renovar un país? La receta para un filósofo mediático, como fue José Ortega y Gasset, estaba clara: utilizar los medios de comunicación. Por eso creó la Revista de Occidente, en julio de 1923. En la entonces Avenida Pi i Margall de Madrid (hoy denominada Gran Vía) nació una publicación que cumple 100 años moldeando con ideas la cultura en español y, por tanto, la de los países que utilizan esa lengua. Argentina y México, además de España, han sido sus focos más claros de influencia a lo largo de un siglo.

No hubo mejor doctor para diagnosticar qué males asolaban a la España y la América de su tiempo. País invertebrado, masas en rebeldía, arte deshumanizado… La cura para el alma de aquellos tiempos acelerados de entreguerras la encontró Ortega y la recetaba en cada página innovadora de Revista de Occidente. El filósofo buscaba soluciones en las mentes que las tuvieran, y las entregaba al mundo hechas texto. Revista, libros, también en cine club y en la radio. No en vano —recuerda el historiador Juan Pablo Fusi— Ortega solía decir que había nacido “encima de una linotipia”, porque era hijo del director de El Imparcial y su casa estaba encima del periódico. “Su abuelo Gasset era el dueño de El Imparcial y él tuvo un sentido de la presencia de los medios de comunicación muy fuerte desde el inicio”, explica Fusi. Los medios de comunicación —sangre del nuevo siglo en marcha— desencadenarían su inusitado interés por la difusión del pensamiento.

“Me gustaría que me recordasen como Ortega, el americano”.  Así de claro tenía el filósofo español el horizonte de mira hacia la otra orilla. De hecho, haría de Buenos Aires su segunda residencia, antes y después de su exilio, arropado por su íntima amiga Victoria Ocampo, quien, de la semilla de Revista de Occidente, alumbraría en Argentina la revista Sur. Dos publicaciones hermanas que sirvieron para dar a ambos lados del Atlántico la bienvenida a la modernidad. Desde el inicio, la mitad de la edición se enviaba para su distribución al continente americano.

“Existe en España e Hispano-América un numero crecido de personas que se complacen en una gozosa y serena contemplación de las ideas y del arte”, escribió Ortega, bajo el título de ‘Propósitos’, en la primera página del número uno de la revista. “En la sazón presente adquiere mayor urgencia este afán de conocer ‘por dónde va el mundo’, pues surgen donde quiera los síntomas de una profunda transformación en las ideas, los sentimientos, en las maneras, en las instituciones”. Revista de Occidente nacía y quería dar respuestas al gran cambio que estaba experimentando la sociedad en los “locos años veinte”: el vértigo de la innovación tecnológica y el despliegue de nuevos conocimientos que iban desde el psicoanálisis a la física, pasando por los ismos de las vanguardias.

Fuente: Originalmente publicado en COOLT
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