Han pasado ya dos meses desde que el ejército ruso invadiera Ucrania. Desde el primer momento periodistas, fotorreporteros y otros colaboradores han ido informando sobre el conflicto continuamente, poniéndose en riesgo para llevar la última información sobre la situación a las audiencias.
El Instituto Internacional de Periodismo (IPI) ha llevado la cuenta de los ataques que han sufrido estos profesionales mientras llevaban a cabo su labor periodística. Según sus informes ya son casi 300 los ataques a periodistas y restricciones a los medios.
Respecto a los medios de comunicación, Putin ha cerrado todos los medios independientes de Rusia para que no hablaran sobre la guerra y prohibió a los que quedaban que pronunciaran siquiera la palabra “guerra” en sus telediarios. Además, aprobó una ley de prensa contra todos los periodistas, tanto nacionales como internacionales, en la cual les prohibía básicamente informar sobre el conflicto bajo pena de cárcel de hasta 15 años. Esto derivó en una fuga masiva de reporteros, quedando muchos menos para cubrir la contienda.
Desafortunadamente, no solo se ha informado de ataques, asaltos o agresiones, sino también desapariciones y asesinatos. El Instituto de Prensa Internacional contabiliza 9 periodistas muertos desde el inicio de esta guerra. Dilerbek Shakirov, Maks Levin, Oksana Baulina, Oleksandra Kuvshinova, Brent Renaud, Viktor Dedov, Viktor Dudar, Yevgeni Sakun y Pierre Zakrewski son los reporteros que han fallecido debido a ataques del ejército ruso.
En cuanto a asaltos contra periodistas, de acuerdo con la investigación del Instituto Internacional de Prensa, los reporteros que cubren la guerra de Ucrania han sufrido 87 arrestos desde que empezó esta situación. De estos cargos que se les imputan, 74 son por parte de las autoridades y el ejército ruso. Un ejemplo de estos arrestos fue el reportero de guerra neerlandés, Robert Dulmers, que denunció haber sido arrestado en Ucrania por presuntamente difundir imágenes de ataques rusos, lo cual violaría las normas de la nueva ley de prensa en Rusia. Además, se le impuso la prohibición de entrada en el país durante los siguientes 10 años. Su caso no es un hecho aislado, ya que muchos otros reporteros han padecido circunstancias muy parecidas.
Otro caso muy conocido a día de hoy es la detención de Mikhail Afanasiev (redactor jefe de un periódico online) y Sergei Mikhaylov (fundador de LIStok), arrestados por publicar contenido crítico hacia la guerra de Ucrania. Amnistía Internacional ha pedido su liberación junto con las demás personas que estén detenidas tan solo por informar sobre las acciones del ejército ruso.
Por desgracia, otros periodistas han sufrido ataques mucho peores que el hecho de ser arrestados. Más de 40 abusos verbales o asaltos físicos han sido denunciados por parte de los periodistas. Misiles contra torres de televisión, disparos sin provocación previa, ataques aéreos, ataques con cohetes o asaltos militares son solo algunos ejemplos de lo que han sufrido estos profesionales.
Viktoria Roschina, una periodista ucraniana, que estaba cubriendo la región de Zaporizhzhia, fue tiroteada cuando se cruzó con tanques rusos. Tuvo que abandonar su vehículo y refugiarse mientras los soldados entraban en su coche y confiscaban su equipo.
Gullaume Briquet, un fotógrafo suizo, denunció haber sido tiroteado y herido tan solo por pasar por un puesto de control al sur de Ucrania. Recibió heridas en la cara y un brazo. El ejército ruso le acosó y le robó su equipo de filmación.
Tres torres de televisión (en Kharkiv, Korosten y Lysychansk) fueron alcanzadas por ataques aéreos del ejército ruso.
Reporteros Sin Fronteras ha pedido a los periodistas que aún siguen en Ucrania que extremen las precauciones. Asimismo, demanda a Rusia que no conviertan a los informadores en objetivos de la invasión en Ucrania.