Aitana Irving.-
Pavel Durov, presidente y fundador de Telegram, fue detenido en Francia tras su llegada al aeropuerto parisino Le Bourget acusado de ser cómplice en la distribución de pornografía de menores, de haber habilitado el crimen organizado y de resistir la cooperación con las autoridades. Tras cuatro días de interrogatorios, las autoridades judiciales francesas han abierto una investigación oficial. Se estableció una fianza de 5 millones de euros y su salida del país está prohibida.
Telegram emitió un comunicado en X recalcando que la moderación de la plataforma sigue los estándares exigidos y que “es absurdo que una plataforma o su dueño sean responsables por el abuso de esa plataforma”.
La detención de Durov ha desatado un debate más amplio sobre la libertad de expresión. Muchos denuncian que su arresto es una demostración de poder por parte de gobiernos internacionales para controlar empresas tecnológicas. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo en X que la decisión fue “de ninguna manera política” y que Francia está “profundamente comprometida con la libertad de expresión y comunicación”.
El fundador de origen ruso, propietario de varias nacionalidades como la francesa y la emiratí, estableció la sede de la red social (fundada en 2013), en Emiratos Árabes Unidos en 2017 y ha trabajado allí los últimos años.
No es la primera vez que Durov tiene problemas con las autoridades. Además de Telegram, es el fundador de la red social popular rusa VKontakte y, tras disputas con las autoridades rusas en 2014, emigró del país. Ahora, los círculos cercanos al Kremlin están manifestando su apoyo a Durov y su desaprobación de las actuaciones de las autoridades francesa.
Foto: 577180975RR090_TechCrunch_D de TechCrunch licenciado bajo CC BY 2.0