Atentado en un acto periodístico en Afganistán

Florencia Amat / Club Internacional de Prensa - El pasado sábado tuvo lugar un atentado en la ciudad afgana de Mazar-e-Sharif, mientras se celebraba una entrega de premios periodísticos. El acto tuvo lugar en un edificio sociocultural de la comunidad islámica chií, muy perseguida por el gobierno talibán. De hecho, este centro acoge a la delegación proiraní de noticias AVA.

Este encuentro fue realizado ayer en las inmediaciones de Chasht por el "Centro Cultural y Social Tebian" con motivo del Día Nacional del Periodista, bajo el título "Gestión de Medios y Promoción de la Cultura" en la sede de esta institución, y en el que participaron varios periodistas. Algunos de ellos dicen que la explosión ocurrió al comienzo del programa.

El Centro de Periodistas de Afganistán considera la explosión en la reunión de periodistas como un ataque abierto contra los periodistas y la libertad de expresión en el país y lo condena enérgicamente. Exige también una investigación seria de los responsables de este acto criminal. Al mismo tiempo, expresa su preocupación por las restricciones a la cobertura de este evento por parte de funcionarios locales y exige que se respeten los derechos de los periodistas, incluido el acceso a la información y su libre publicación, de conformidad con la ley de medios y la ley de acceso a la información.

Según EFE, el atentado terminó con un muerto y ocho heridos, entre ellos tres niños. Sin embargo, fuentes locales y centros de periodistas de la zona aseguran que los muertos ascienden a dos y los heridos a 18. Las fuentes de EFE aseguran que la falta de planificación y coordinación entre los organizadores del evento y el Gobierno talibán pueden haber dado lugar a esta situación de inseguridad.

Este es el segundo atentado que se produce en la provincia de Balkh en los últimos días, después del que acabó el jueves con la vida del gobernador de los talibanes en esta región, Mohammad Dawood Muzammil, y con la de otras dos personas, cuando un atacante suicida se inmoló durante una reunión de trabajo gubernamental, cuenta EFE.

Periodismo en Afganistán

Reporteros Sin Fronteras (RSF) se preocupó por recoger las once reglas del periodismo que los talibanes han impuesto para poder ejercer la profesión en el país. Estas normas entraron en vigor en septiembre de 2021, y son peligrosas para el desarrollo de la actividad periodística y la seguridad e integridad de los propios reporteros.

“Establecen un marco reglamentario basado en principios y métodos que contradicen la práctica del periodismo y dejan lugar a una interpretación opresiva, en lugar de proporcionar un marco de protección que permita a los periodistas, incluidas las mujeres, volver a trabajar en condiciones aceptables. Estas normas abren el camino a la tiranía y la persecución”, alerta el secretario general de RSF, Christophe Deloire. 

Las tres primeras normas, que prohíben a los periodistas emitir o publicar historias que sean “contrarias al Islam”, “insulten a las figuras nacionales” o violen la “intimidad”, se basan ligeramente en la actual Ley Nacional de Medios de Comunicación de Afganistán.

Las normas 4, 5 y 6 advierten a los periodistas que deben ajustarse a lo que se entiende como principios éticos. Deben “no intentar distorsionar el contenido de las noticias”, deben “respetar los principios periodísticos” y deben “garantizar el equilibrio de sus informaciones”.

Las reglas 7 y 8 determinan el regreso al control de las noticias y la censura previa, inexistente en Afganistán durante los últimos 20 años. Exponen que “las cuestiones que no hayan sido confirmadas por los funcionarios en el momento de la emisión o la publicación deben tratarse con cuidado” y que “las cuestiones que puedan tener un impacto negativo en la actitud del público o afectar a la moral deben tratarse con cuidado al emitirse o publicarse”.

La novena norma, que exige a los medios de comunicación “adherirse al principio de neutralidad en lo que difunden” y “publicar sólo la verdad”, podría prestarse a una amplia gama de interpretaciones y expone aún más a los periodistas a represalias arbitrarias.

El riesgo de volver al control de las noticias o a la censura previa se ve reforzado por las dos últimas normas (10 y 11), que revelan que el GMIC ha “diseñado un formulario específico para facilitar a los medios de comunicación y a los periodistas la elaboración de sus informes de acuerdo con la normativa”, y que a partir de ahora los medios de comunicación deben “elaborar informes detallados en coordinación con el GMIC”. La naturaleza de estos “informes detallados” aún no ha sido revelada.

Fuente: EFE
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