Florencia Amat / Club Internacional de Prensa - La guerra de Irak dejó, tristemente, muchos cuerpos a su paso. Como todo conflicto, se presentaron muchos riesgos para el ejercicio de varias profesiones, entre ellas -y especialmente- la periodística. Por desgracia, son muchos los reporteros los que pierden la vida por el mero hecho de hacer su trabajo. Hoy, recordamos a Julio Anguita y José Couso, asesinados en el mes de abril durante la invasión estadounidense de Irak.
El 7 de abril se cumplieron 20 años de la muerte de Julio Anguita Parrado, corresponsal cordobés en Irak. Su padre, Julio Anguita, dijo una frase que retumbará para siempre en el corazón de todos los españoles: "Malditas las guerras y los canallas que la apoyan".
Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), al menos 150 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación fueron asesinados en Irak entre el inicio de la guerra en marzo de 2003 y el final de 2018
CPJ
José Couso fue herido de muerte por un misil de Estados Unidos el 8 de abril de 2003, un día después del fallecimiento de su compañero Julio Anguita. Los periodistas del Hotel Palestina, en Bagdad, ayudaron en su transporte hacia el hospital más cercano, pero por desgracia los sanitarios no pudieron salvar su vida.
Según cuenta para TVE el presidente de Reporteros Sin Fronteras en España, Alfonso Bauluz, el ejército estadounidense atacó deliberadamente el hotel donde se alojaban los periodistas. Los misiles estaban dirigidos a tres puntos de emisión en directo de tres agencias de noticias diferentes: Al Jazeera, Abu Dhabi TV y Reuters (Hotel Palestina).
Las declaraciones en redes sociales de Olga Rodríguez Francisco, periodista y corresponsal presente en la guerra de Irak, nos dejan leer que "el tanque estadounidense giró su visor hacia ellos 10 minutos antes", por lo que "tuvo tiempo de observar y pensar". "Tras ello, disparó y mató a Couso y a Taras Prosyuk, de Reuters. Reuters estaba ofreciendo imágenes en tiempo real. El ataque interrumpió esa señal".
"No hay imágenes de lo que ocurrió en Bagdad en esas horas. Al día siguiente las tropas de EEUU ocuparon el centro de la ciudad", recuerda Olga Rodríguez. Para seguir de cerca las guerras, es esencial tener imágenes de primera mano de lo que está ocurriendo, sobre todo para evitar caer en sesgos de un lado o de otro. Todo apunta a que eso es lo que el ejército de Estados Unidos estaba buscando: ganar la guerra de la información.
La libertad de prensa debería ser una condición asegurada en cualquier país, bajo cualquier circunstancia. A los hechos me remito para asegurar que, por desgracia, incluso en pleno XXI sigue sin ser así. Sin ir más lejos, el periodista Julian Assange ha estado encarcelado en una prisión de alta seguridad en el Reino Unido durante los últimos 4 años. Assange fue el responsable de la publicación de documentos que demostraron la colaboración entre los gobiernos de Estados Unidos y España para cerrar el caso Couso de manera engañosa.
Muchos periodistas siguen exigiendo justicia sobre el caso Couso, donde aún ningún responsable ha sido llevado ante la justicia. Como recuerda el medio Kamchatka, se trasladó "la contienda al escenario de la justicia internacional, mediante la presentación de un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH). Sin embargo, el ejecutivo no ceja en su empeño de sabotear cualquier intento por esclarecer el crimen, y ahora, con el poder de la Moncloa compartido entre PSOE y Unidas Podemos, ha solicitado al TEDH que rechace la demanda presentada por la familia de José Couso", según datos de El País.
Se espera que el Tribunal se pronuncie en los próximos meses sobre este archivo, caso en el que "la familia tiene a su favor, además de las evidencias que respaldan la hipótesis del homicidio, una sentencia de la Audiencia Nacional que condenó al estado a indemnizar con 182.000 euros a la viuda y a los dos hijos de Couso, al considerar que no prestaron la ayuda necesaria para que Estados Unidos "reparase el daño causado" y que se limitaron a ‘"aceptar las explicaciones" ofrecidas desde Washington", como leemos en Kamchatka.
