Otra hora de viaje para recorrer los 75 kilómetros que nos separan de Pasargada y nos encontraremos visitando la primera capital del imperio aqueménida persa. Fundada en el siglo VI a.C. por el rey Ciro II el Grande, esta ciudad es Patrimonio de la UNESCO desde 2004, se puede visitar el Palacio, la Tumba-Mausoleo de Ciro II, el caravanserai Mozaffari y el Royal Garden Fountain, entre otros. La gran distancia que hay entre los diferentes lugares hace que el visitante tenga a su disposición para trasladarse carritos eléctricos o bien pequeños autobuses.
Desde la fortaleza de Toll-e Takht podrás tener una bonita visión panorámica del área de la ciudad.
A poco más de 160 kilómetros en dirección noreste nos encontraremos con la ciudad de Abarkooh. Y ¿qué podremos visitar allí? Pues os comento que en Abarkooh se encuentra el árbol con más antigüedad de toda Asia (más de 4.000 años). Es un ciprés y tiene por nombre Sarv-e Abarkuh.
También podremos ver en la ciudad cuatro casas de hielo y adobe que datan de la dinastía Kayar. Estas casas se utilizaban para almacenar hielo y alimentos durante todo el año; hacían las veces de un frigorífico. Como podéis comprobar una vez más, la sostenibilidad ya estaba en el comportamiento de aquellos antiguos pobladores.
Además de visitar la mezquita del viernes (Jameh Mosqué) podrás visitar la mansión Aghazadeh. Esta antigua construcción es la más grande de Irán que tiene el estilo badgir de torres de refrigeración. Incluso puede que te dejen visitar la parte de arriba de la mansión.
Y también merece la pena visitar Gonbad-e Ali, que es una torre funeraria octogonal construida en 1056 por Hezarasp ibn Nasr. Está en lo alto de una loma y desde allí tienes unas buenas vistas de la llanura y montañas cercanas.
Y en este punto nuestro viaje va a cambiar un poco, pero antes deberemos hacer unos 600 kilómetros hacia el oeste hasta llegar a la ciudad de Bandar Khomeini.
Bandar Imam Khomeini es una conocida ciudad portuaria con una gran relevancia. Tal es así que el puerto, en sus 6.500 metros de muelles, tiene unos 40 amarres para buques de todo tipo de cargas. Pero, además de esto, lo que queremos al venir a esta ciudad es comenzar otro gran viaje que nos llevará del sur al norte del país recorriendo unos magníficos paisajes, atravesando montañas, cruzando puentes, etc., y todo gracias al ferrocarril trans-iraní.
Debo reconocer que es una experiencia maravillosa y muy poco conocida el hecho de poder atravesar el país en tren. En este punto, debemos hacer una mención especial de este tren ya que, a lo largo de sus 1.394 kilómetros, y atravesando dos macizos montañosos y un gran número de ríos, valles, poblados pequeños, bosques y planicies en una sinfonía de maravillosos paisajes, une el golfo Pérsico (Bandar-e Imam Khomeini) con el mar Caspio (Bandar-e Torkaman) en un recorrido de ensueño en el que atravesaremos 8 de las 31 provincias y cuatro zonas climáticas diferentes que posee este sorprendente país.
Tienes diferentes categorías de vagones en las que poder disfrutar del viaje y, como siempre, lo mejor es la gente. Personas que cuando vean que eres extranjero se acercarán a ti, te querrán invitar a comer compartiendo su comida (incluso aunque vaya incluida en tu billete) y se interesarán por ti y compartirán contigo sus vivencias. Hasta puede que te inviten a su casa si compartís destino. No te extrañes de todo esto. Forma parte de la milenaria cultura, de la maravillosa hospitalidad y el gran corazón que tienen y demuestran los iraníes hacia propios y extraños.
Este trazado de sur a norte significó uno de los mayores logros de la ingeniería del siglo pasado, al haber construido en su ruta 174 viaductos, 186 puentes pequeños y 224 túneles, a lo largo de 11 años. Y es interesante destacar que esta construcción se financió gracias a un impuesto sobre el azúcar y el té para no tener que recurrir a préstamos internacionales. Finalmente, se inauguró en 1938 y desde entonces, y con las renovaciones necesarias viene cumpliendo con su función de acercar personas, de recorrer este gran país.
Una vez atravesado el país llegamos a nuestro destino final, la ciudad de Bandar Torkaman en donde se acaba esta ruta del trans-iraní. En esta ciudad costera del mar Caspio, en sus inmediaciones, se recoge el 50% de la producción de caviar iraní.
Esta ciudad se dedica a la agricultura, ganadería y pesca, además de ser un lugar reseñable en la artesanía y receptor de turismo, gran parte de él en la isla de Ashuradeh.
Si deseas viajar por el norte del país, una ruta de alrededor de 1.000 kilómetros hacia el oeste te llevará a Tabriz. Pero, permíteme, por favor, un consejo, párate a hacer una visita a la ciudad de Babol.
Y te voy a explicar por qué te gustará hacer esta parada. Babol es famosa por sus campos de naranjos, por lo que se la conoce como la “ciudad del azahar” y es una de las ciudades más importantes del norte de Irán. Está situada 20 kilómetros al sur del mar Caspio y entre éste y la vertiente norte de las montañas de Alborz.
Entre otros lugares, merece la pena visitar el puente Mohammad Hassan Khan, que con 140 metros de largo y 6 metros de ancho fue construido en el año 1.146. La torre-tumba del Sultán Mohammad Taher te va a gustar por su fina construcción.
Si hablamos de mezquitas, algunas como las llamadas Jameh, Kazem Beik, Mohadessin o Hasirforoshan te llamarán la atención. Babol, además, es conocida por ser la cuna del poeta del siglo XVII Amir Pazevari, del que muchos de sus trabajos los hizo en la lengua Mazandarani.
Continuando el viaje llegaremos a Tabriz, que es la cuarta ciudad de Irán y está situada al noroeste del país. Su histórico y famoso bazar fue declarado patrimonio de la UNESCO en 2010. En la Edad Media, llegó a ser uno de los puntos más importantes de paso y punto de encuentro en la famosa Ruta de la Seda y en la también conocida Ruta de las Especias. Es uno de los bazares más antiguos de Oriente Medio y es el bazar cubierto más grande del mundo. Y aunque la apariencia actual no es la primigenia construida en la Edad Media, ya que el Bazar, como consecuencia de dos terremotos sufridos en el siglo XVIII fue destruido, las reconstrucciones que tuvieron lugar en los años 1840 y 1860 siguieron fielmente las estructuras iniciales. Es por ello que, entre otras cosas y como un detalle a tener en cuenta, los techos abovedados de este Bazar son dignos de admirar. Además, tiene varias mezquitas en su seno y la más famosa es la Mezquita Jameh (o del viernes). Te gustarán sus dos minaretes, paralelos y con tres alturas balconadas.
Si mezquitas quieres ver, deberías visitar la Mezquita Azul, construida en el siglo XV por orden del Sultán Jahan Shah. Después de los enormes daños sufridos a consecuencia del terremoto de 1780, esta mezquita está actualmente en proceso de restauración.
Hay, además, otros sitios que podrás visitar como la Casa Haidarzadeh, la casa Seghat-ol Islam o la casa Hariree, además de algunos museos interesantes y el Puente Qari.
Desde Tabriz podremos volver a la capital, a Tehran y aquí habremos terminado nuestro recorrido por este gran país, del cual hemos podido comprobar todo lo bueno que tiene (paisajes, monumentos, gentes, etc.) a lo largo de muchos kilómetros y días. De norte a sur y de este a oeste. Es un país que merece que te olvides de los tópicos que son no muy amables (y otras noticias desalentadoras que no tienen demasiado fundamento) …y si deseas visitar algunas de las zonas más bonitas y desconocidas del mundo, te atrevas a hacerlo.
De hecho, ya hay quien se atrevió a hacerlo antes de nosotros puesto que el español (y extremeño) García de Silva y Figueroa, soldado, diplomático y erudito fue la persona designada por Felipe III para encabezar la embajada española ante la corte de Abás el Grande. Este embajador llegó a Bandar Abbas el 12 de diciembre de 1617 para realizar sus tareas diplomáticas. Hay que decir a su favor, entre otras cosas, que fue el primer occidental en identificar las ruinas de Persépolis.
Esto quiere decir que las relaciones entre nuestros dos países datan de hace mucho tiempo. Pero si nos acercamos más a la actualidad el representante de dicho país desde finales de 2018, el Excelentísimo señor Don Hassan Ghashghavi trabaja al frente de su equipo para mantener y mejorar las ya buenas relaciones con nuestro país y, por supuesto, mostrar las bondades del país al gran público español.
Como hemos dicho, Irán es un país desconocido para el gran público pero que guarda en su interior unos tesoros que merecen la pena visitar. Por ello, a lo largo de este viaje por el país hemos pretendido mostraros un país con una historia milenaria, con una cultura variada, con una gastronomía muy interesante y rica y, sobre todo, con una gente muy amable y acogedora y para quienes la hospitalidad hacia el visitante es una ley no escrita y un motivo de orgullo y satisfacción.
Parafraseando el título de uno de los poemas del famoso poeta Hafez, Irán es “La aventura sin fin”. Por tanto, sólo hace falta un poquito de decisión…y animarse a descubrir y a disfrutar de todas las maravillas que Irán ofrece al visitante.
Autor: Fernando Novo Lens
Proyecto “Encuentros con España”. Director: Eduardo Guaylupo Roncal